Quienes somos?





Albert, 
Supongo que las decisiones que vas tomando, te van llevando por un camino o por otro, y que esos caminos que tomas te van esculpiendo la personalidad. Y luego está el destino… Desde los 18 años sin vivir en Mallorca y pensando en volver. Ahora que llego, no encuentro mi sitio.
Creo que tres son las razones que me llevan a emprender esta gran aventura. Las dos primeras van de la mano. Una aventura que me llene y que sea un acto de indisciplina con este guión que conduce nuestras vidas. Llevas desde pequeño con la vida organizada, sin ser dueño de tu tiempo. El colegio, la universidad, el trabajo…  La agenda ha estado siempre marcada.  Exámenes universitarios, calendario escolar, entregas, compromisos, casi cualquier cosa ha condicionado tus tiempos. Desde que empecé a trabajar nunca he podido disponer de más de 2 semanas de vacaciones seguidas. ¿Y las proporciones?  De 24 horas que tiene un día, de las que si fuéramos razonables, dedicaríamos 8 a dormir, 8 a trabajar y 8 al ocio, realmente dedicas entre 10 y 12 al trabajo. Luego está la semana laboral, trabajamos  5 de 7 días. Parece que no está muy equilibrado, y empeora, porque de 12 meses que tiene el año, sí… trabajas 11 !!  Y si nada cambia, esto es lo que hay los próximos… 35 años!! Parece un plan para alguien a quién aún le quedan 6 vidas.
Dicho esto, admito que sería capaz de hacer este sacrificio si tuviera algo que realmente me llenara (descuento a los amigos y a la familia, porque hagas lo que hagas siempre están allí). Pero desde hace unos años, no lo tengo, por tanto se trata de disfrutar al máximo del tiempo que tenemos, de en cada momento de la vida, de una manera o de otra, ser feliz. Como me dijo Iñaki, “Vida solo hay una”, parece sencillo y obvio, pero es más profundo de lo que parece. Un trágico suceso familiar que sufrí este año, reforzó mucho la idea. Ahora estás, ahora ya no estás.
Y la tercera razón y más importante, no iba a dejar que estos dos se fueran  y luego estuvieran el resto de sus vidas contándomelo…







Iñaki,

Con la edad voy recordando cada vez más aquellos pequeños grandes momentos en los que disfruté de la vida con intensidad. Son momentos difíciles de describir, pero todavía fáciles de sentir. Momentos tan inolvidables como felices y tan veloces como inesperados… os acordáis del día cuando dejamos de dar las clases en el mismo aula para recorrer la escuela de clase en clase, abriendo puertas desconocidas, …qué gran momento!

Y pienso qué se ha perdido por el camino. Por qué nos convertimos en personas serias, aburridas? No tengo ni idea.  Lo que sí sé, es que aquellos momentos llenaban mi vida de ilusión.

Siempre he pensado que la ilusión es el poder más grande que existe. Cuando hay una duda, la ilusión nos dice si estamos en el camino correcto. En el momento en que se pierde la ilusión, nos convertimos en víctimas de nosotros mismos.

Recorrer el mundo, conocer nuevas culturas, sus gentes, sus creencias y vivencias, recorrer el mundo en contacto con la naturaleza… es mi ilusión.

Es la hora de descubrir qué hay detrás de las puertas del mundo que me quedan por abrir.

Qué pasará en el futuro? No lo sé… Pero como dice Groucho Marx: ¿Por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Qué ha hecho la posteridad por mí?





Jaume,

Mallorquín, 28 años, Ingeniero Industrial, trabajando en una de las empresas más importantes en Baleares, y la más grande sin duda, si tenemos en cuenta las personas que la forman. Hasta aquí todo parece la vida que toda madre quiere para su hijo. Pero por desgracia o mejor dicho por suerte, empezaron a venir las dudas.  

¿Qué es un año respecto a toda tu vida? Si te dijesen que te queda una semana de vida, ¿te la pasarías trabajando? ¿Sabes a ciencia cierta que no te pasará? Entonces, ¿por qué lo haces?
Estas y otras muchas reflexiones me han estado dando vueltas por la cabeza durante años. Te das cuenta de que estás viviendo tú vida (tú única vida) influenciado por la educación que has recibido, por el miedo a salirte del “camino marcado”, por lo que dirán los demás, etc.…

Poco a poco vas leyendo ( gracias Sr. Coelho ) y conociendo a gente que ha tomado sus propias decisiones, saliéndose de lo “habitual”, y para sorpresa de todos, no solo siguen vivos, sino que lo están mucho más de lo que lo estaban antes. Entonces, ¿por qué no hacerlo?

 Una vez te vas convenciendo de que tus pensamientos no están tan equivocados como la gente se piensa, sino que más bien todo lo contrario surge otro problema. ¿Cuando tomar esta decisión?, o mejor dicho ¿cuándo hacerlo? Si sigues escuchando a la gente te dirán:

- Ahora que estamos en crisis no puedes dejar el trabajo
- Ahora que hay tanto trabajo no te puedes ir
- Cuando vuelvas no encontrarás otro trabajo igual, etc.

Conclusión: Nunca es un buen momento, y siempre es un buen momento, por lo que… Toma la decisión cuando TÚ creas, siempre acertarás.

Sin duda, para mi, el punto de inflexión fue una tarde de miércoles de hace mas o menos un año en la terraza del Hoggan’s. Después de horas de hablar y alguna Paulaner, me fui a casa sabiendo que lo que hasta ese día había sido sólo un sueño, se iba a convertir en realidad, con quién lo iba a realizar e incluso la fecha, entre enero y marzo de 2011.

Ha pasado el tiempo y aquí estamos, a un mes de iniciar nuestro viaje. Tres personas distintas con una sólo convicción. Vamos a vivir la aventura de nuestra vida, y para bien o para mal, este año nos va a marcar para siempre.
Termino con una frase de un genio que he descubierto recientemente.

“Cuando vuestra razón os diga una cosa y vuestro corazón otra, seguid a vuestro corazón, no os traicionará jamás” - Emili Duró