Cartas desde el Himalaya ( I )

Una vez llegamos a la frontera, a las 5 de la mañana, sin pegar ojo por la desconfianza que nos ofrecía el conductor, tocó despertar a los oficiales de aduanas que dormían plácidamente encima de sus escritorios, envueltos en mosquiteras. Papeles de la India arreglados, avance de 40 metros y mismo proceso con los oficiales nepalíes. Una vez solucionado, bus de 9 horitas hasta Kathmandú ( KTM ), la capital.

            

En KTM nuestra preocupación era encontrar un trekking que nos gustara y que nos encajara con los días que teníamos, puesto que día 15 de Abril tenemos que estar en Hong Kong, llegan las primeras visitas! Al final, nos decidimos por Langtang, la cenicienta de los trekkings del Himalaya. Compramos algo de material falso, aunque hace las funciones, y hacía Shyaphru, el punto de partida. Todo empezó con otro bus de 9 horas. Una auténtica pesadilla. Asientos donde literalmente no cabíamos, salientes metálicos sin remachar que te iban hiriendo las piernas y brazos, doble o triple de la capacidad del autobús, un camino de subidas, bajadas y curvas continuas sin asfaltar, y la misma canción sonando una y otra vez. Ni el mismísimo Masinho se podía dormir. Llevábamos 4 horitas y estábamos realmente desesperados, hasta que en una parada nos decidimos a subir al techo. No teníamos nada que perder. En el techo van las maletas y un montón de gente. Fue un buen cambio. Buenas vistas, aire en la cara, algo de espacio para las piernas y polvo, mucho polvo.

Sentados en el techo, conocimos a Tashi y Sherap, dos jóvenes que viven en KTM y que volvían a casa aprovechando un período vacacional. Después de hablar un buen rato, nos ofrecieron alojamiento en los lodge (casas particulares que ofrecen alojamiento y comida) de sus respectivas familias, en la segunda y tercera parada del trekking, respectivamente. A las 5 de la tarde llegamos a destino, completamente destrozados, nos fuimos a dormir mientras la India levantaba de manera increíble la final a Sri Lanka en un partido que nosotros dábamos por perdido, y se proclamaba campeona del mundo.

A las 6’30 de la mañana suena el despertador, fuerte desayuno (huevos) y comenzamos a andar. Primera etapa desde Shyaphru a Lama Hotel, con un desnivel de 1.003 metros. Es increíble la cantidad de montañas que hay y el tamaño que tienen. Y es que esto es el Himalaya, el techo del mundo. Mucho verde, un río por donde bajan las aguas del deshielo, pequeños puentes artesanales que lo cruzan o largas pasarelas colgantes, cascadas desde las montañas y cientos de imágenes que podrías utilizar de fondo de pantalla. Muy vistoso. 

 

 

Cargados con las mochilas tardamos 6 horitas en llegar a Lama Hotel, el pueblo de Tashi. Su familia nos acoge más como amigos que como clientes. No hay casi nada, pero nos gusta. Una pequeña casa de madera formada por una cocina con el fuego continuamente en uso y un pequeño salón con una estufa central.  A las 6 se va la luz y empieza a ser hora de ir a dormir, no hay electricidad. Una partidita de cartas con el frontal y a descansar. Sherap también se queda a dormir,  su pueblo está a un día más de camino. El frío es asumible.

 Desayuno fuerte, más huevos, un “hasta la vuelta” a Tashi y su familia y seguimos ascendiendo. Segunda etapa, hoy toca de Lama Hotel a Langtang con un desnivel de 960 metros.  Lo del desnivel es importante, pues muy posiblemente suframos “mal de altura”. Es un mal consistente en fuerte dolor de cabeza y mareos como consecuencia de la falta de oxígeno a partir de cierta altura. Empieza a aparecer a partir de los 3.000 metros y para ello hay algunas normas que hay que respetar, y más si eres de una isla:

-        No ascender más de 400 metros a partir de los 3500 metros

-        Tomar días de aclimatación ( descanso en altura ) a partir de los 3500

-        Hidratarse constantemente a razón de 1 litro por cada mil metros de altura y día ( A 3.000 metros, 3 litros diarios ).

-        Mucha sopa de ajo.

Nos habían advertido varios amigos que 100% nos iba a tocar, por lo que nos habíamos propuesto cumplir las indicaciones a rajatabla. En esta etapa, seguimos caminando a la vera del río, el paisaje sigue siendo muy verde, aunque al final de la etapa empiezan a despoblarse los bosques.

Llegamos a Langtang y nos alojamos en el lodge del padre de Sherap. Al no haber electricidad en el pueblecito, por la noche el cielo es espectacular. Estrellas, estrellas y más estrellas en la oscuridad, sobre los enormes contornos de las montañas. Hace mucho frio,  seguro que estamos por debajo de los -10°C. Después de semejante espectáculo, y de tener que irnos por el frio, nos retiramos a intentar dormir. Las habitaciones son tablones de madera imperfectos, unos al lado del otro, como una cabaña, entra el viento y no habrá más de cinco grados de diferencia entre la temperatura interior y la exterior. El saco de plumas no nos basta. Mantas sobre el saco, gorros, camiseta térmica, forro polar y mallas para las piernas. 

 

A las 6’30 de la mañana está tocando la puerta con puntualidad inglesa Dulnaren Tamang, más conocido como “Pep Toni”, nuestro guía, un tipo que nos irá ganando con el tiempo. Desayuno (huevos) y tercera etapa de Langtang a Kyanjin Gumba, un desnivel de 440 metros. A la llegada tenemos previsto tomar un día de aclimatación, para intentar nuestro desafío, llegar a la cumbre del Tserko Ri, de 4.986 metros de altura. La etapa del día es corta y muy llevadera, sigue haciendo buen tiempo y ya estamos rodeados por estos grandes colosos blancos. Tenemos siempre a la vista el Langtang Lirung, una montaña de 7.227 metros que ha acabado con la vida de muchos de los que han intentado coronarla. 

 

Llegamos más pronto de lo previsto, brilla el sol y tenemos por delante día y medio de descanso. El medio día que nos queda, es la una, más el día de aclimatación que tenemos previsto. Sin embargo, por la tarde, para ir tomando contacto con la altura y no dejar que las piernas se acomoden, decidimos subir hasta los 4.000 metros, por el camino que en dos días nos debe llevar a cumplir nuestro objetivo, coronar un 5.000. Caminamos y llegamos con comodidad. Le explicamos a Pep Toni que mañana queremos subir hasta los 4.200 y bajar, y al siguiente atacar la cima. Nos dice que no lo entiende, él no esperaría,  nos ve fuertes y lo podemos conseguir. Lo hablamos largo y tendido, el pro, que hoy ha hecho un día perfecto y posiblemente mañana haga el mismo tiempo. Si es así, las vistas serán increíbles. El contra, que nos saltamos el día de aclimatación y que nos exponemos demasiado al “mal de altura”. Conclusión final, lo tendremos todo preparado y si hace el mismo día que hoy, subiremos, porque no quedan más días y si al otro se estropea el tiempo, nos daremos golpes en la cabeza…

                  

CONTINUARA...