Despedida China: Yangshuo y Zhangjiajie

17:30 horas, otra vez desde el tren, volvemos la vista hacia atrás para recordar los últimos días. Esta vez hay una salvedad, tan solo quedaban 3 plazas cuando compramos los billetes, una cama y dos asientos ( duros ). Ya vinimos hasta Zhangjiajie los tres en “hard seat” (asiento duro) y es peor de lo que su nombre indica. Un trayecto de 11 horas, en asientos de tres personas, asientos tan duros, rectos y mal hechos que a la hora ya te duele la espalda de forma intensa. Un vagón abarrotado de gente, calor, luz durante toda la noche, grupos de descamisados, sudor,  vendedores ambulantes anunciando a gritos la mercancía que ofrecen, gente fumando y escupitajos al suelo uno detrás de otro… una auténtica pesadilla. Hemos tirado de baraja para decidir nuestras suertes, la carta más alta, como de costumbre, y el rey de corazones ha podido con las dos jotas que traían Jaume e Iñaki. Cuando nos hemos separado iban con un fajo de billetes, un cartel escrito en chino, donde explicaban que cambiaban los dos asientos duros por cama con su compensación económica, los dos tickets y un chino que se ofrecía a realizar las funciones de traductor. Espero que tengan suerte, en 14 horitas sabremos cómo ha ido…

     

Esta etapa, ha sido sin duda, la que más nos ha gustado de China. Naturaleza y deporte. Empezamos en Yangshuo. Para llegar, nos acercamos desde Guilin al rio LI y navegamos río abajo en balsa durante unas horitas. El paisaje es diferente a lo visto hasta el momento. Es muy similar al que aparece en la serie de dibujos animados “DragonBall”. Una densa vegetación verde, de donde sobresalen multitud de montes, redondeados por una capa verde que los cubre totalmente suavizando sus formas. Apenas se distingue la roca. Una vez desembarcados, un bus nos llevó hasta Yangshuo. Es un pueblo bastante turístico, turismo nacional sobretodo, aunque la proporción de occidentales es mayor que la del resto de lugares visitados. El sitio tiene un encanto especial, está rodeado de estas extrañas y bellas montañas por todas partes menos por una, por donde fluye el rio. El color rojizo del atardecer y la iluminación que las resalta por la noche, deja estampas únicas. Durante los días, recorrimos los alrededores en mountain bike, perdiéndonos por arrozales, pedaleando por caminos desiertos y disfrutando como niños de saltar del “Dragon Bridge” al río, pegándonos así el primer “capfico” ( chapuzón ) y dando por comenzado el verano. A la vuelta, mientras atravesábamos los arrozales por caminos tan estrechos que nos hacían bajar de la bicicleta, nos cruzábamos con niños pequeños volviendo del colegio a casa. Disfrutamos de ver como aún se divierten, haciéndose un sombrero con hojas, cogiendo ranas o buscando una especie de gamba en el agua, y como saludan con un educado “Ni Hao” ( hola ) cuando te pasan por al lado.

   

De Yangshuo, volvimos a Guilin y con el sufrido tren de 11 horas llegamos a Zhangjiajie. Dormitamos todo el resto del día para recuperarnos de la paliza del tren. La madrugada la pasamos despiertos, pegados al móvil y al ordenador, sufriendo como nunca con las noticias que nos llegaban a través de una malísima conexión, hasta llegar a saber que el Mallorca salvaba milagrosamente la categoría. Con una mezcla de cansancio, angustia y alivio, empezamos nuestras andanzas en el Parque Nacional de  Zhangjiajie. Este parque se ha hecho famoso porque en él se inspiró el Sr.  Cameron para rodar Avatar. El paisaje es tan similar al de la película como extraño y espectacular. Estrechos y altos picos de roca que se erigen del suelo como largos dedos que intentan rascar el cielo, en medio de un tupido y húmedo bosque. Nos preguntamos cómo se habrán formado estas altas y sorprendentes columnas de roca. Hemos disfrutado de dos jornadas caminando a través de este parque. Una maravilla para los ojos. Altamente recomendable, tanto por lo espectacular de sus paisajes como por lo bien cuidado que está y la infraestructura de que dispone. Estamos seguros de que China, hasta ahora poco preocupada por el turismo extranjero, empezará en unos años a ofrecer destinos increíbles. Un país de estas dimensiones y que ha estado cerrado al mundo durante tanto tiempo dará que hablar también en turismo.

   

Mañana al llegar a Nanning, tenemos unas horas para conseguir un bus o tren que por la tarde nos lleve a Vietnam. No tenemos margen, la visa china nos caduca y ni queremos tener problemas con las autoridades ni pagar los 300€ de multa ( por cabeza ) con que se penalizan los retrasos.. En Vietnam, llega la segunda visita. Un hombre que se ríe del miedo y que se ha va a acercar hasta aquí para acompañarnos en esta etapa del viaje.

    

P.D: Acabo de oír mi nombre en el pasillo... Jajajajajaja!!! Vienen dos personajes gritando “ The Chaaaaaampiooooons!!!!!! “…  Lo han conseguido!!!! No sé cómo lo han hecho, pero duermen en cama!!!!!