Mabul y Sipadan, la fiesta está bajo el agua

Juntos otra vez, reímos al pensar en la semanita que nos espera. Conseguimos hace un mes los permisos para bucear en Sipadan, día 11 de Agosto. Un cruce de mails de lo más intenso que acabó bien, normalmente se requieren varios meses. Estaremos cuatro días en Mabul, una isla en la cual haremos seis inmersiones para coger el tono, y estar en forma para disfrutar de Sipadan, uno de los cinco mejores buceos del mundo.

Mabul es una isla diminuta, en la que conviven varios centros de buceo, que albergan y dan de comer a sus buceadores por falta de infraestructura en la isla, una pequeña población local de muy pocos recursos que vive en cabañas y chabolas y dos grandes resorts de lujo. Extraña combinación en una isla que se rodea a pie en 40 minutitos.


 

   

A la llegada hace mal tiempo, de hecho tardamos cerca de dos horas en llegar a la isla, el doble del tiempo normal. Hay mala mar, las olas se meten en la pequeña lancha mojando todo y a todos los que vamos a bordo. Llegamos y nos hospedamos en el hostal del Uncle Chang, un sinvergüenza explotador, que va de buen samaritano. Como hostal, no está mal, ahora como centro de buceo es un auténtico desastre. Con centros así si no hay más accidentes es porque los ángeles de la guarda hacen horas extras. Nuestro centro y hostal, a nuestra llegada está lleno, por lo que pasaremos varios días en este. Son días de tormenta, la primera noche el viento se lleva parte del tejado de la habitación de al lado. Esperamos a ver si escampa, pasamos las horas contemplando el mar, y charlando con un grupito que hemos hecho, Carlos y David de Palencia y Lara, una australiana que se lo pasa bien con nosotros. Los dos palentinos son dos fenómenos, gente de secano que empieza  a bucear y disfruta de este nuevo mundo. Uno ha subido un ocho mil y el otro se fue de Turquía a Nepal en bicicleta. Aquí el más tonto hace relojes! 

 

 Empezamos los buceos porque el día “S” se acerca, y quedamos sorprendidos. Los instructores están fascinados con la gran cantidad de especies que hay en estas aguas, especies muy extrañas y poco usuales, del tamaño… de un botón! A nosotros la verdad es que no nos gusta demasiado. Nos aburre. Es verdad que hay peces extrañísimos, que parecen dragones, rocas o ramas, pero concluimos que si hay un pez, que es capaz de parecer una rama a los ojos humanos, nos da igual si es un pez o una rama! Las tortugas, nos alegran y salvan estas inmersiones. Nunca habíamos visto tal cantidad de tortugas y de semejante tamaño. Son preciosas. Con el inicio del buceo, nos cambiamos de hostal, y despedimos a los palentinos, que siguen su viaje. Nos obsequian con un parchís de bolsillo. Desde este momento, el parchís es nuestro pasatiempos. Partidas de alta tensión para matar las horas.


   


Ya en nuestro hostal, conocemos a cuatro catalanes, una pareja encantadora Rubén y Andrea, un instructor que vale la pena, Albert y Daisy, una “dive master” en prácticas que comparte sus experiencias con nosotros y nos hace llorar de la risa. Mañana es el gran día, cruzamos los dedos esperando tener buen tiempo.




 Nos despertamos muy pronto por la mañana y el cielo está azul, no hay ninguna nube y el mar parece un espejo. Muy afortunados, el cielo había empezado a abrirse, pero no esperábamos un día tan bueno. Después de unas horas en barca, llegamos a Sipadán. Bajamos a tierra a firmar, pues es un parque y está todo muy regulado.

 

El registro lo llevan los militares, quizás por eso esté así de bien. Llegamos al punto de nuestra primera inmersión “South Point”. Solo acercarnos alucinamos con la cantidad de tortugas que vemos salir a la superficie a respirar. Con una sola mirada se pueden ver tres o cuatro al mismo tiempo. Somos un grupo de cinco, nosotros tres, el instructor y una francesa. Nos sumergimos, a 25 metros aproximadamente. Sipadan es un atolón, es decir la isla es la punta de una montaña que sobresale por encima del nivel del mar, luego, las paredes caen hasta cerca de cuatrocientos metros de profundidad.
 


En esta inmersión vamos observando la pared, que nos queda a nuestra izquierda. A los pocos minutos, miramos a la derecha, al “azul” ( la masa de agua ) y vemos dos tiburones grises difuminarse en el horizonte. Tan solo los vemos unos segundos. Ya estamos hablando de tiburones de unos dos metros y medio, tres de longitud, y con un buen lomo. La inmersión dura cuarenta y cinco minutos y acaba en una piscina a cuatro metros de profundidad. Corales de colores, tortugas, un banco de peces loro gigantes, algún tiburón de punta negra, cientos de estrellas de mar, todo en vivos colores, parece un decorado de dibujos animados. Al salir, todo son risas y gritos. Lo visto sobrepasa nuestras expectativas.


 
     

Descansamos una horita en superficie disfrutando del paisaje y de las imágenes que aún tenemos en la retina. El instructor nos ha visto bien, nos ha estado probando y ha quedado satisfecho, por lo que le pedimos que en la próxima, en “Barracuda Point” nos lleve al epicentro de todo. Nos deja en el punto preciso, bajamos entre un gran banco de barracudas y la corriente nos va llevando. Quedamos emparejados Jaume con la francesa, en cabeza, e Iñaki y yo algo más retrasados. Los que vamos atrás nos agarramos a una roca, para observar y avistamos dos tiburones grises algo más abajo. Bajamos y volvemos a quedarnos quietos, agarrándonos fuerte al coral mientras la corriente nos empuja hacia adelante. Esta vez los tiburones grises están mucho más cerca, están nadando en círculos, se acercan a nosotros, siguen girando y desaparecen en el azul, para volver a aparecer segundos más tarde a unas decenas de metros del punto donde ha desaparecido. El espectáculo es fantástico. Estamos excitados, y se nota en la respiración. Inhalaciones más profundas y continúas. Jaume desde la lejanía ve las señales que le hacemos indicando “tiburón” ( la palma abierta sobre la cabeza simulando una aleta ) y remonta la corriente con la francesa hasta llegar donde estamos. Esto es otra cosa, ver a un animal mayor que tu, y en su medio, sin nada entremedio, impresiona. Aunque la sensación no es de miedo. No podemos comunicarnos vía oral bajo el agua, pero hay miradas que hablan por sí solas…


 


Tras unos minutos seguimos avanzando y llegamos a una pequeña explanada donde no puede haber más vida. Arriba un banco de barracudas tan grande que al pasar sobre nuestras cabezas oscurece el sol, enfrente se pueden ver al mismo tiempo cuatro pequeños tiburones de punta negra que acechan a algunos peces, mientras esquivan las embestidas de un atún, con cara de pocos amigos, bastante más grande que ellos. Todos ellos se mueven a gran velocidad. Varias tortugas nadan a su aire por el lugar como si todo ese movimiento no fuera con ellas, tranquilas y sin perder su nado elegante. Parece que estemos dentro de un documental, y no por nada esta es una de las mejores inmersiones del mundo. Dejamos atrás todo este alboroto y acabamos la inmersión en otra piscina, donde aparte de más tortugas y pequeños tiburones vemos un pez Napoleón que nos viene de frente. Una locura!

La tercera inmersión “Drop off” es más tranquila. Nos desplazamos horizontalmente pegados a la pared que cae hasta las profundidades. Cada uno pensando en sus cosas, y disfrutando del relieve. Llegando al final, el instructor nos separa de la pared, y tras unos aleteos, nos presenta en medio de un banco infinito de carángidos. Son miles, y no se asustan. Nos perdemos en el interior de la masa plateada. Hay tantos que no se ve otra cosa, perdemos de vista la pared, la luz de la superficie y a los compañeros. Al nadar en el interior del banco, los carángidos tan solo se apartan unos centímetros para no golpearnos y siguen su nado, indiferentes a nuestra presencia. Cada uno por su lado, sumergido entre los miles y miles, disfruta de esta extraña sensación. Un gran final para un día perfecto.

    

Acabado el buceo, emprendemos nuestro viaje de retorno. Dejamos Mabul, Borneo, Malasia, y damos por concluido nuestro periplo por tierras asiáticas. En unos días, cambiamos de continente, volamos a la tierra de los canguros y los koalas. Nos vamos a AUSTRALIA !!!!!