Siem Reap, Templos de Angkor

Ocho de la mañana, Ho Chi Minh, después de prepararnos unos bocadillos con las últimas reservas que nos llegaron de casa a través de Pepe, subimos a un autobús camino a la capital de Camboya, Phnom Penh. Grandes momentos vividos en Vietnam nos vienen a la memoria pero ahora toca mirar hacia adelante aunque esta vez sea con nuevas sensaciones. Albert ha decidido conocer más profundamente el país y se quedará algunos días más en Vietnam…SUERTE ALBERT!!

              

Después de arreglar los papeles en la aduana, Jaume y yo llegamos a Phnom Penh. Visitamos por la tarde un poco la ciudad y a la mañana siguiente ponemos rumbo a Siem Reap.

Cuando llegas a Siem Reap, enseguida te das cuenta de que algo extraordinario se alberga en sus proximidades. Grandes hoteles lujosos conviven con calles sin asfaltar, pequeños comercios con florecientes centros comerciales, pequeñas casas de madera con ostentosas construcciones de bloque…. El gran ritmo de crecimiento, un tanto desordenado, es un augurio de lo que nos espera en estos tres días que pasaremos aquí.

                     

El hostal está a 4km de la entrada principal de los tempos de Angkor. Decidimos prescindir de guía, coche o tuck tuck y  alquilamos unas bicicletas para recorrer los templos de una forma más independiente.

Jamás pensábamos encontrarnos con algo tan extraordinario. Más de 250 km2 de selva, lagos, pueblos y más de 900 templos, palacios y otras edificaciones se encuentran en el interior de sus murallas. Todo el recinto está considerado como la mayor estructura religiosa jamás construida y uno de los tesoros arqueológicos más importantes del mundo.

              

Los diferentes templos datan de siglo VI al XIV. todos ellos poseen un gran valor arquitectónico y escultural, rodeados por un escenario de ensueño que ensalza su belleza. Árboles de fantasía, elefantes, mariposas  y pájaros exóticos, cielos mutantes, rocas de formas caprichosas, inmensos lagos, amaneceres y puestas de sol indescriptibles hacen del conjunto una de las visitas más extraordinarias que hemos hecho nunca.

                     

Muchos siglos  han pasado hasta descubrir la totalidad de los templos de Angkor. La gran mayoría ellos,  ocultos tras la vasta vegetación. Cuando se descubrieron, la vegetación había crecido sobre las ruinas, de forma que pasear por los templos supone sumergirse en una civilización antigua que dejó a su paso construcciones llenas de misticismo y grandiosidad. 

                

El templo más famoso y más grande, Angkor Wat, único conservado y conocido durante toda su existencia, sólo un aperitivo de lo que encierra todo el conjunto. 

Durante estos tres días en Siem Reap,  nos hemos recreado dando largos paseos en bici a través de los tesoros que envuelven sus murallas, maravillándonos en cada momento del entorno que nos rodeaba, recorriendo escenarios que hasta ahora sólo eran reales en los cuentos, conociendo el estilo de vida de sus gentes  y  disfrutando de los intensos colores que el sol dibuja en el cielo en cada comienzo y final del día.  Y es que las puestas de sol de Camboya son motivo suficiente para visitar el país.

El último día nos levantamos a las 4:30h para presenciar la salida del sol en Angkor Wat. Después, vuelta al hotel para coger un bus a las 7;00h camino a Kratie, nos esperan los delfines de rio.

Camboya nos está gustando, nos está gustando mucho y esto solo acaba de empezar…

No quisiéramos cerrar este  contenido sin comentar lo que ha sido nuestro tema de conversación durante la visita a los templos de Angkor.

No estamos para nada de acuerdo con la nueva clasificación de las siete maravillas del mundo. Sí esto no es una maravilla del mundo, mucho menos es el Cristo Redentor o incluso otras clasificadas. El resultado de una votación popular de estas características, está sujeto a motivaciones sensacionalistas, patriotas y por qué no decirlo a incultura. No se puede hacer una clasificación que tiene tantísima repercusión sin ningún criterio técnico…… ahí queda dicho!!!