viernes, 23 de septiembre de 2011

Australia! The Great Ocean Road


Con un sentimiento extraño, dejamos Cairns y volamos hacia Adelaide. Nos está gustando Australia, pero nos invade una sensación mezcla de resignación y  ¿culpabilidad ? Este país está tan lejos, y ha costado tanto llegar hasta aquí… En la primera etapa del viaje, de los tres grandes lugares que teníamos que visitar, tan solo hemos visitado uno, y el tiempo no nos ha favorecido.  Si a esto le sumamos que por motivos económicos no iremos al centro del país, al desierto, a un lugar tan genuinamente australiano como Alice Springs, parece que se nos están escapando demasiadas oportunidades.
 
Con esta idea dando vueltas en la cabeza, aterrizamos en Adelaide. En esta ciudad, tan solo pararemos a recoger un coche para recorrer la Great Ocean Road, una carretera famosa por sus vistas y por su belleza, pues desde su inicio recorre el litoral hasta casi llegar a Melbourne. En esta ocasión conseguimos el coche en “relocation” (recolocación), otra forma de ahorrar dinero.  En Australia al ser las distancias tan grandes, las compañías de alquiler de coches, ofrecen la posibilidad de que el cliente recoja el coche en un punto y lo entregue en otro.  Al realizar la mayoría de gente el recorrido por Australia en el mismo sentido, algunas compañías necesitan “recolocar” los coches, por lo que disponemos de un coche para ir de Adelaide a Melbourne de forma gratuita. 
 
Antes de empezar, recorremos los 800 kilómetros que separan Adelaide y el inicio de esta famosa carretera. En el mapa, parecía que estaba mucho más cerca! Lo malo que tiene la recolocación es que si no se cumple el plazo estipulado, se imponen importantes sanciones, y antes de empezar ya llevamos retraso. Conducimos ocho horas a turnos, y se nos hace de noche. No podemos parar porque no hay donde. Estamos en medio de la nada, hace dos horitas que ha anochecido y nos quedan casi dos más. De repente, luces rojas y azules por la parte trasera se acercan a toda velocidad. Es la policía y nos hace parar. Es el agente David Lynch, un tipo de lo más educado y simpático. Después de superar la prueba de alcoholemia, se relaja y se queda hablando con nosotros unos veinte minutos. La gente es extremadamente amable en estas tierras y además, este buen hombre estaba de lo más aburrido y necesitaba hablar. Llegamos al hostal, nos preparamos la cena y nos vamos a dormir muertos. Demasiados kilómetros para un solo día.
 
Al día siguiente entramos en la Great Ocean Road. Paul, un hombre de unos cincuenta años que albergará a Iñaki en Melbourne, nos ha enviado una lista con los cerca de veinte puntos de obligada visita. La verdad es que es muy recomendable. Pasamos el día circulando por la carretera que serpentea solo a unos metros del mar. Esta primera parte transcurre entre acantilados. Las grandes olas del sur de Australia, golpean incansablemente la roca caliza de sus costas erosionándola a gran velocidad y dejando todo tipo de figuras, cuevas, puentes, monolitos… El día acaba con una puesta de sol en “Los doce Apóstoles”.  Mientras planeábamos el viaje, esta imagen circuló por nuestros correos, “ ¡Nos vamos a ver esto!” y muchos meses después aquí estamos, es un gran momento.
 
Empezamos el nuevo día  volviendo a visitar este fenómeno natural. Nos ha gustado y… ¿Quién sabe si volveremos? Paseamos por la playa, entre el ruido ensordecedor de grandes olas que rompen y tiñen de blanco el agua. Después continuamos nuestra marcha. Al final de esta gran carretera, si las indicaciones de Paul no fallan, y no han fallado en ninguno de los puntos hasta ahora, hay un punto para ver koalas y otro para ver canguros. Llegamos al primero y, cómo no, ahí están. Dormidos, en lo alto de la copa del árbol, sin moverse mucho. En un principio no entendíamos como aún no se han extinguido. Durmiendo 18 horas, no parece una presa muy escurridiza… Sin embargo, se esconden siempre en la parte más alta de la copa, pero con suficientes ramas sobre la cabeza para ser inalcanzables desde el aire. Desde el suelo, tampoco es fácil acceder a ellos, y afortunadamente, no tienen que bajar a beber agua, pues su dieta a base de hojas, se la facilita… Tremendos! 
 
Seguimos el camino, comentando como con lo cruel y despiadado que es el mundo animal, donde en muchos casos ­­un despiste te convierte en la cena del eslabón superior, hay un animal capaz de pasar toda una vida tirado en el sofá. Sin darnos cuenta, llegamos al último punto. Inesperadamente, es un campo de golf. Un cartel de prohibido caminar por las instalaciones buscando canguros, nos confirma que estamos en el lugar indicado. Empezamos a caminar y al cruzar un hoyo, oímos una bola volar por encima de nuestras cabezas! Con la emoción del momento, nos hemos olvidado de dónde estamos. Con más precaución, seguimos caminando, y al llegar a unos arbustos, al fin, los encontramos. Tres canguros, tranquilamente pastando, que al oírnos se incorporan. El más grande, incorporado llegará al metro y medio. Después de observarlos un rato, llegamos a otro hoyo donde los hay a decenas. Canguros por todas partes, pastando, y muchos con la cría en el interior. Nos sentamos en el césped a contemplar la escena. Nuestra presencia no les incomoda. Pasamos un buen rato, tirados disfrutando de verlos. Verlos saltar, impresiona. 
 
Cae el sol, y nos toca continuar. Nos esperan Melbourne y Sydney. Volvemos a las ciudades, vuelve el Coach Surfing, nos espera gente interesante que ya se ha decidido a conocernos y alojarnos… Allá vamos!









4 comentarios:

  1. Que pasa chavales !!! veo que os gustan las emociones fuertes!!! por lo que comentais optimizando al maximo los recursos y haciendo un trabajo que puedes palmar pasta...jejeje, ya lo dice el dicho QUERER ES PODER!!!!...........TODO POR UN SUEÑO!!!! por favor el comentarista del blog que deje la ingeniería y se dedique al periodismo!!! Animo Jaume, Albert and Iñaki, seguid así!!!

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  2. Efectivamente veo que consegueis que cada vez estemos mas enganchados al blog. "Cuanta riqueza de PAISAJE,AVENTURAS y como no, de RELATO". Respeto al comentarista, creo que tiene una faceta por descubrir,opinión que comparto con Carlos,(me alegro de poder leer de nuevo tus divertidos comentarios y sobretodo que lo de GERARD este solucionado).Seguiremos esperando nuevas aventuras. Besos a todos

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  3. vui donar se henaroba a nen Cervantes, dit aixo cada vegada me sorpren mes sa variatat de trossos del mon que voltros veis In Life i noltros de forma estàtica els podem contemplar i gaudirne de ells. de totes formes lo de sa truita segueix sent un deu.

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  4. comnfitets hooooooooooooobquin canguros mes divertits una ferrada des vostro cuerpoooooooooooo

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